De acuerdo con lo señalado, el estudio de la situación futura es el más relevante
para evaluar el proyecto. Pero también aquí es preciso señalar una salvedad: la
información histórica y vigente analizada permite proyectar una situación supo-
niendo el mantenimiento de un orden de cosas que con la sola implementación
del proyecto se debería modificar. Esto obliga, entonces, a que en la situación
proyectada se diferencie la situación futura sin el proyecto y luego con la participación de él, para concluir con la definición del mercado para el mismo.
Por ejemplo, al estudiar la viabilidad de la construcción y operación de un
hotel en una zona determinada, se puede fácilmente recopilar y estudiar la información histórica y vigente para proyectar la demanda futura de habitaciones de
hotel. En este caso, se proyecta la situación sin el proyecto. Sin embargo, la
estrategia comercial diseñada para el proyecto puede no estar dirigida a quitar
consumidores a los otros hoteles de la zona (con lo que la demanda total se
mantendría constante), sino a incentivar el turismo y, por esta vía, incrementar la
demanda total. En tal circunstancia, la proyección de demanda con el proyecto
difiere de la proyección hecha sin el proyecto. Sin embargo, aún no se calcula qué
parte de este mercado total puede absorber el proyecto.
Su determinación constituye el objetivo de definir el mercado consumidor para el proyecto.
Otro 'caso lo dió un proyecto para construir un gran centro comercial en una
^ona donde la demanda actual superaba a la oferta. Si bien el proyecto era muy
atractivo con esas condiciones, se. desistió de implementarlo al detectarse que,
aun cuando no se iniciaba la construcción, se habían otorgado tantos permisos
municipales, que hacían que el proyecto dejara de ser atractivo si se consideraba
las condiciones potenciales de competencia que estarían vigentes cuando estuviera
listo para su venta.
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