El mercado
competidor directo, entendiendo por ello las empresas que elaboran y venden productos similares a los del proyecto, tiene también otras
connotaciones importantes que considerar en la preparación y evaluación. Será
imprescindible conocer la estrategia comercial que desarrolle, para enfrentar en mejor
forma su competencia frente al mercado consumidor. Cada antecedente que se conozca de ella se utilizará en la definición de la propia estrategia comercial del
proyecto.
Así, por ejemplo, conocer los precios a que vende, las condiciones, plazos y
costos de los créditos que ofrece, los descuentos por volúmenes y pronto pago, el
sistema promocional, la publicidad, los canales de distribución que emplea para colocar sus productos, la situación financiera de corto y largo plazo, entre otros
aspectos, facilitará la determinación de estas variables para el proyecto.
La viabilidad de un
proyecto, en muchos casos, dependerá de la capacidad de aprovechar algunas oportunidades que ofrece el mercado. Para ello, es
importante reconocer que el producto o servicio que venderá el proyecto no siempre corresponde a lo que compra el consumidor. Por ejemplo, al evaluarse la construcción del puerto de Calderilla para el embarque de la fruta de exportación que se
empezó a producir en la zona, se debía competir con los puertos de Coquimbo y
Valparaíso. Sin embargo, se reconoció la posibilidad de cobrar, tarifas superiores a la de
éstos, ya que si bien el proyecto vendía el servicio portuario, el cliente comparaba
este costo con el ahorro en los fletes hacia los puertos alternativos. Es decir,
mientras el proyecto ofrecía el servicio portuario, el
cliente compraba éste más un menor flete.
El mefcado
distribuidor es, quizás, el que requiere del estudio de un menor número de variables, aunque no por ello deja de ser importante. En efecto, la disponibilidad de un sistema que garantice la entrega oportuna de los productos al consumidor toma, en muchos proyectos, un papel relevante. Es el caso de productos perecederos, donde el retraso más mínimo puede ocasionar pérdidas enormes a la empresa. No sucede así con los productos no pérecederos y cuya distribución puede programarse con holgura sin afectar a la rentabilidad del negocio. Los costos de distribución son, en todos los casos, factores
importantes de considerar, ya que son determinantes en el precio a que llegará el producto
al consumidor y, por lo tanto, en la demanda que deberá enfrentar el proyecto.
El mercado
consumidor es probablemente el que más tiempo requiere para su estudio. La complejidad del consumidor hace que se tornen imprescindibles varios estudios específicos sobre él, ya que así se podrá definir diversos
efectos sobre la composición del flujo de czya del proyecto
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