En otros casos, la tarea empírica que deberá emprenderse en torno a los
procedimientos administrativos se verá enfrentada al análisis cualitativo y cuantitativo de opciones distintas, que, aun cumpliendo con los objetivos propuestos,
pueden tener claramente costos distintos.
La rigurosidad de la simulación en el
funcionamiento del proyecto obliga a estudiar, en muchos casos, las distintas
alternativas de solución al problema administrativo, obteniendo las informaciones
disponibles que permitan efectuar un enfoque analítico riguroso que entregue
estimaciones cuantitativas de las distintas opciones que se haya seleccionado.
Por otra parte, la adopción de uno u otro procedimiento administrativo puede
llevar implícita la necesidad de incrementar o disminuir las inversiones del proyecto, tanto en infraestructura como en los requerimientos de equipos.
El preparador y evaluador de proyectos deberá efectuar un estudio acucioso
y detallado, en donde se establezcan las venteas que le significa al proyecto utilizar
un determinado procedimiento administrativo. El proceso anterior lleva implícita
la necesidad de efectuar una simulación del proyecto en marcha, para poder decidir
aquella opción que reporte cuantitativamente las mayores ventajas para el proyecto.
La definición de una determinada opción en el procedimiento administrativo
puede significar cambios en el tamaño, la localización, la tecnología, etcétera. Por
eso esta fase del estudio de evaluación y preparación del proyecto puede revestir
una importancia condicionada de tal magnitud que no pueda calcularse el costo
de los procedimientos administrativos como un simple porcentaje del costo total
del proyecto.
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