La gran mayoría de los proyectos combina fuentes de financiamiento propias con
ajenas. Estas últimas permiten deducir su costo, interés o gasto financiero, para
efectos de cálculo de los impuestos a las utilidades que deberán cancelarse. Si al
flujo de caja se le descuentan los gastos financieros para calcular el impuesto
correctamente y luego se le resta la amortización del período, se obtiene el exce-
dente para el inversionista, el cual deberá compararse y usarse la tasa de costo
del capital propio, con la parte de la inversión por él financiada. El resultado del
proyecto así evaluado, mostrará la magnitud de los beneficios netos del proyecto
para el inversionista después de impuestos y después del pago de la deuda y sus
intereses.
Si al flujo se le descuenta el gasto financiero para el cálculo de los impuestos
y luego se le suma, al igual como se hizo con la depreciación, se obtiene el flujo
de caja del proyecto puro con los ahorros tributarios de los gastos financieros.
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