La determinación del tamaño debe basarse en dos consideraciones que confieren
un carácter cambiante a. la optimidad del proyecto: la relación precio-volumen,
por el efecto de la elasticidad de la demanda, y la relación costo-volumen, por las
economías y deseconomías de escala que pueden lograrse en el proceso productivo.
La evaluación que se realice de estas variables tiene por objeto determinar los
costos y beneficios de las diferentes alternativas posibles de implementar.
Mediante un análisis de sensibilidad, se analiza el efecto de variaciones en
una alternativa de tamaño dada, expandiéndolo o reduciéndolo, para que a través
de aproximaciones sucesivas pueda definirse aquélla a la que corresponda un
mayor valor actual neto.
El criterio que se emplea en este cálculo es el mismo que se sigue para evaluar
el proyecto global y que se define en el capítulo 17.
La única diferencia en el
procedimiento es que al evaluar el valor actual neto para determinar el tamaño se
permiten aproximaciones en las cifras, que al evaluar el proyecto deben desagre-
garse lo suficiente para permitir su análisis individual.
La complejidad de este procedimiento, no tanto por dificultad como por mag
nilud, hace recomendable el análisis mediante flujos adecuados. En este caso, es
posible definir una tasa interna de retorno marginal del tamaño, que correspondería
a la tasa de descuento que hace nulo al flujo de las diferencias entre los ingresos
y egresos de los tamaños de alternativa.
Mientras la tasa marginal sea superior a la tasa de corte definida para el
proyecto, convendrá aumentar el tamaño.
El nivel óptimo estará dado por el punto
en el cual ambas tasas se igualan. Esta condición se cumple cuando el tamaño del
proyecto se incrementa hasta que el beneficio marginal del último aumento sea
igual a su costo marginal, medidos ambos en moneda de un mismo período. En
otras palabras, cuando se maximiza su valor actual neto.
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