Si la materia prima se adquiere en los predios y se transporta en vehículos
(propios o ajenos) a la planta, obviamente el costo medio, $183 la tonelada, es el
costo real para el proyecto.
Pero si el producto se compra puesto en planta, deberá ofrecerse a un precio
tal que satisfaga el interés del productor localizado en el predio C. Es decir, $220
la tonelada. Se podrá argumentar que primero se ofrecerá un precio de $160, hasta
haber satisfecho las expectativas del productor situado en el predio
A, que luego
se subirá a $180, hasta adquirirla producción de B, y luego a $220, llegando también
a un promedio de $183. Sin embargo, esto podría resultar una vez. Al año siguiente
el productor del predio más cercano a la planta no responderá al precio inicial, a
la espera del alza ocurrida el año anterior. El análisis, si bien debe responder a
las características de cada proyecto, debe considerar este factor, que puede llegar
a ser determinante en la elección de una localización.
La naturaleza, disponibilidad y ubicación de las fuentes de materia prima, las
propiedades del producto terminado, y la ubicación del mercado son también
factores generalmente relevantes en la decisión de la localización del proyecto.
Muchas veces el volumen de la materia prima por transportar es superior al volumen
del producto terminado. Por ejemplo, la leche para producir quesos y mantequilla,
las papas para elaborar puré deshidratado, los minerales en la industria siderúrgica,
etcétera. En estos casos la tendencia es situar la planta cerca de las fuentes de
los recursos. Pero también puede suceder que el volumen de materia prima por
transportar sea menor que el del producto terminado o que el costo del transporte
de este último sea mayor, por su naturaleza, que el de la materia prima. En estas
situaciones se tiende a localizar la planta cerca de los mercados.
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