La evaluación del proyecto se determina en base a los flujos de costos y beneficios, originados al comparar las situaciones sin y con proyecto.
La situación sin proyecto corresponde a la situación actual optimizada, la cual se logra mediante la incorporación de los proyectos que ya se ha decidido su ejecución; mediante obras de inversión menores o marginales; y la aplicación de medidas de gestión, que mejoren las condiciones de operación y de servicio de la infraestructura. Esto se refiere a realizar cambios en las reglas de operación de un embalse, mejoramiento en la eficiencia de ciertos puntos estratégicos, etc. Otro tipo de medidas pueden proponerse luego de un estudio sobre la distribución actual de los derechos de agua.
Con esto se consigue que en la evaluación de los proyectos planteados no se sobreestimen los beneficios atribuibles a su ejecución, por considerar beneficios correspondientes a la optimización de la situación actual.
En resumen, en esta sección, se debe describir claramente la situación actual y la situación adoptada sin proyecto.
En muchos casos la “situación optimizada” implica incurrir en costos adicionales con respecto a la situación actual, los que requerirían también de una evaluación antes de ser realizados. Es decir, se debe comprobar que lo que se propone como “situación actual optimizada” es mejor para el país que la situación actual.
Esto resulta de gran importancia dado que si el proyecto en estudio no es factible técnica ni económicamente, el proyecto a ejecutar corresponde la optimización antes mencionada. En este caso, se debe hacer una referencia explícita a las acciones necesarias para llegar a esta situación, indicando sus correspondientes costos y beneficios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario