Introducción
La evaluación privada de proyectos es una especialidad
interdisciplinaria que utiliza conceptos de la economía y de las
finanzas. Está orientada a determinar la conveniencia de emprender
una inversión, de cualquier tipo que sea, desde el punto de vista del
inversor o accionista.
La metodología habitual para realizar esta evaluación es el
análisis costo-beneficio. Este consiste en comparar, mediante
determinadas técnicas, los costos e inversiones que demandará el
proyecto con los beneficios que generará.Este análisis es ex ante, es decir, se realiza antes de emprender la inversión, justamente con
el objetivo de determinar si conviene realizarla.
La evaluación privada es así una técnica prospectiva: implica un intento de controlar el
futuro. Como es de suponer, sus conclusiones son conjeturales, es decir, sujetas a la ocurrencia de
determinados supuestos. Pero esto no significa que sean arbitrarias; por el contrario, el esfuerzo se
hace para tener una conjetura fundada (“educated guess”), que pueda acotar las visiones
excesivamente subjetivas del futuro.
Es sabido que al apreciar los efectos de una futura inversión, el emprendedor tiende a ser
optimista, sobrevaluando los beneficios y minimizando los costos.
Las técnicas de la evaluación
privada tratan de contrarrestar esta tendencia; el analista actúa como un “abogado del diablo”,
tratando de detectar los aspectos críticos y riesgosos del proyecto.
Adicionalmente, la evaluación ex ante debe ubicarse dentro del ciclo del proyecto. Una
buena evaluación ex ante no garantiza que el proyecto sea exitoso; esto es mérito de la
implementación del mismo. Sí ayuda a no emprender proyectos malos, y a identificar todos los
detalles críticos–positivos y negativos–que luego servirán para una correcta implementación. En
ese sentido, es básica para obtener un proyecto exitoso.
Pero debemos reconocer que, si nos
colocamos a nivel de los involucrados, hay una brecha cualitativa entre el análisis ex ante y la
decisión de invertir: en algún momento el inversor debe dejar de analizar–aunque el analista nunca
esté satisfecho de la precisión de sus prospecciones–y decidir si hacer o no la inversión, y, en caso
afirmativo, empeñar los recursos. Hay en esto un leap of faith que tiene más que ver con la
voluntad emprendedora que con el espíritu analítico.
La evaluación privada utilizando el análisis costo-beneficio se basa en un concepto central
de la teoría de finanzas y de economía: el valor de un activo cualquiera equivale a la suma de los
flujos que genere en el futuro, calculada en el momento del estudio.
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