Una forma comúnmente usada para proyectar los requerimientos de capital de
trabajo es la de cuantificar la inversión requerida en cada uno de los rubros del
activo corriente, sin considerar que parte de estos activos pueden financiarse por
pasivos de corto plazo pero de carácter permanente, como los créditos de provee-
dores o los préstamos bancarios.
Si bien no parece racional excluir estos compro-
misos de corto plazo en la estimación del capital de trabsyo, tiene la ventaja de ser
más conservador. Los rubros de activo corriente que se cuantifican en el cálculo
de esta inversión son el saldo óptimo para mantener en efectivo, el nivel de cuentas
por cobrar apropiado y el volumen de existencias que se debe mantener.
La inversión en efectivo dependerá de tres factores: el costo de que se produzcan saldos insuficientes, el costo de tener saldos excesivos y el costo de administración del efectivo.
El costo de tener saldos insuficientes hará que la empresa deje de cumplir
con sus pagos.
Si tuviera saldos suficientes, podría cumplir con sus compromisos
y tener, en consecuencia, un costo cero, pero, a medida que disminuye el saldo,
el costo de saldos insuficientes aumenta en el equivalente al costo de la fuente de
financiamiento a que se recurra, sea el recargo de un interés a la deuda no pagada,
o al interés cobrado por un banco, si se recurre a éste para obtener los fondos
que remitan el pago de esa deuda.
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