Como se verá en el capítulo siguiente, todas las inversiones previas a la puesta
en marcha deben expresarse en el momento cero del proyecto.
Para ello, puede
capitalizarse el flujo resultante del calendario de inversiones a la tasa de costo de
capital del inversionista; denominar momento cero al momento en que se realiza
el primer desembolso (y tener flujos negativos los primeros períodos), o bien
incluir un ítem de gastos financieros en el calendario de inversiones, que represente
el costo de los recursos así invertidos.
Aun cuando el costo de oportunidad del
uso de estos recursos no constituye un desembolso, cuando se obtienen de aportes
propios debe considerarse en la inversión, ya que no hacerlo significa sobrestimar
la rentabilidad económica real del proyecto. Esta estimación constituiría parte de
los activos diferibles.
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