Esto es fácil de plantear, pero muy difícil de realizar en la práctica. Hay por lo menos tres cuestiones espinosas:
• Cuestión 1: ¿Qué significa “representar las preferencias”?
• Cuestión 2: ¿De quién son las preferencias que se representan?
• Cuestión 3: ¿Tiene sentido hablar de “preferencias sociales”? ¿Podemos captarlas en una función?
Que la función objetivo represente las preferencias significa que, dadas unas preferencias acerca de diferentes estados futuros, la función objetivo asigna valores mayores a los estados preferidos. Entonces, encontrar el estado factible que maximiza la función objetivo implica encontrar el estado factible preferido.
El problema que se presenta es cómo asignar esas preferencias, cómo valorizar los estados futuros: ¿es preferible el proyecto A, que reduce la tasa de criminalidad en α% pero incrementa las violaciones de derechos humanos en β%, o el proyecto B, que reduce la tasa de criminalidad en χ%, sin afectar los derechos humanos? Como (¿obviamente?) β > χ, establecer preferencias entre estos estados futuros es muy difícil. El problema se complica aún más porque las preferencias individuales no son homogéneas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario