El objetivo de este capítulo es entregar una herramienta que permita diagnosticar de la mejor
manera el problema ya identificado. Se entiende por diagnóstico de la situación actual, la
descripción de lo que sucede al momento de iniciar el estudio en un área determinada.
Dicha
descripción supone, en primer término, una presentación clara y detallada del problema que origina
la inquietud de elaborar un proyecto.
La importancia del diagnóstico es la corroboración o no de la idea del problema identificado
a priori, y su resultado arrojará la cuantificación y el dimensionamiento de dicho problema y a
partir de estos resultados, se generarán las características de cada una de las posibles alternativas de
solución al problema detectado.
En general, el propósito de realizar un diagnóstico de la situación actual es validar la
ocurrencia del problema o carencia social que ha dado origen al estudio del programa, así como
dimensionar su gravedad. Este análisis servirá para dar forma definitiva al árbol del problema,
pudiendo suprimir o agregar nuevas ramas y/o raíces.
En este diagnóstico se deben definir y calcular los indicadores que servirán para ‘’medir’’ el
problema e identificar y caracterizar a las poblaciones directa e indirectamente afectadas y la
población que será objeto del programa.
Se debe, además, estudiar la oferta presente e histórica de
programas que tienen o han tenido por objetivo resolver problemas sociales similares.
Es fundamental que el diagnóstico sea elaborado por un equipo multidisciplinario y con la
participación de la entidad afectada directamente por el problema.
En términos generales, la elaboración del diagnóstico comprende las siguientes etapas:
A. Definición del área de estudio
B. Determinación del área de influencia
C. Análisis y estimación de la población
D. Determinación de la demanda actual
E. Determinación de la oferta actual
F. Cálculo y proyección del déficit
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