Las externalidades pueden estar tanto en el consumo como en la producción de un bien o insumo. Por ejemplo, utilizar un automóvil genera una externalidad negativa a través de la contaminación provocada por sus escapes, mientras que el consumo de vitaminas afecta positivamente al resto de la sociedad al reducir la probabilidad de que quien consume se enferme.
Por otro lado, una industria ruidosa genera una externalidad negativa en el entorno, al producir un determinado bien; y las apicultura favorece a los agricultores cercanos.
Para mostrar el tratamiento de las externalidades, veremos el caso de una externalidad positiva en el consumo y de una externalidad negativa en la producción.
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