Un caso importante de distorsión del mercado son las externalidades, tanto positivas como negativas. Estas, como ya vimos en 4.B, son efectos que exceden al propio proyecto–al que no afectan–pero que impactan en el entorno.
Las externalidades positivas generan beneficios que el proyecto no puede captar, y por lo tanto–si todo lo demás permanece constante–el valor social del proyecto debería ser superior al privado, en el monto exacto de la externalidad.
Las externalidades negativas son costos que el proyecto no paga, pero que sí lo hace la sociedad. Entonces, ceteris paribus, el costo social en ese caso debería ser mayor al privado en el monto de la externalidad.
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