El punto de partida para solucionar un problema es identificarlo de forma adecuada, para
esto existe una serie de enfoques e instrumentos en que apoyarse, algunos de los cuales se
presentarán en anexos y en particular, más adelante, se describirá el método del árbol de
problemas, método que ayuda a identificar las causas y los efectos de un problema.
En este sentido, la primera cuestión a resolver en el análisis es la de identificar el problema
central, esto significa buscar la forma como se debe expresar comprensivamente la cuestión que
deseamos resolver.
Esto no es una tarea simple, debido que la mayoría de las veces la información inicial que se
tiene respecto de un problema es informal y variada o son ideas no muy elaboradas presentadas por
autoridades o ciudadanos.
No es extraño que un “problema” sea presentado como “falta una escuela” o ‘’falta un
camión recolector” expresiones que como ya dijimos no son un problema como tal. Lo que
corresponde frente a estas situaciones es preguntarse “por qué” hace falta la escuela o el camión
recolector.
Del mismo modo, podemos encontrarnos con una variada gama de reclamos
relacionados con alguna situación, tales como: padres reclamando por la distancia que sus pupilos
deben recorrer para llegar a la escuela o la escasez de movilización. De igual forma, podemos
encontrar a profesores preocupados por la deserción escolar, o a un alcalde preocupado por los
bajos resultados que se obtienen en una escuela determinada.
Esto implica tener que ordenar y
priorizar los problemas que se presentan, para ello es necesario analizarlos en detalle, buscar cual
es realmente el problema que vamos a abordar y qué elementos constituyen causas y cuáles son los
efectos, de tal manera que podamos ordenarlos dentro de una lógica, la que se revisará con
detención cuando se explique el “árbol de problemas”.
Esquemáticamente la lógica causal entre causas, problema y efectos se puede representar de
la siguiente manera.
En este orden se presentan dos cosas: en primer lugar, detectar el problema y en segundo
lugar, analizar el problema.
Tal como se ha dicho, en el “origen de las ideas de proyectos” están las principales fuentes
que nos permiten detectar un problema.
El análisis es otra cosa, esto implica un trabajo
especulativo e indagatorio de quienes están encargados de la preparación de proyectos, lo que es
necesario complementar con la visión de quienes estarían siendo los afectados por el proyecto.
Por otro lado, es necesario ante un sin número de problemas, que se presentan alrededor de
una situación, definir la prioridad de cada uno de los problemas. Esto significa, indicar cuál es la
importancia de un problema respecto de otro. También es necesario descubrir y señalar las
relaciones entre problemas, algunos tendrán una relación causal, o sea, un problema provoca otro y
habrá otros que no estarán relacionados.
De esta manera, tendremos un problema central (el de
mayor importancia ó prioridad) a abordar con las debidas relaciones causales y también podremos
discriminar sobre algunos problemas que no están relacionados (criterio de selectividad) y que
pueden formar parte de otro análisis.
Del mismo modo hay que conocer si los problemas que se presentan son reales (están
ocurriendo en el momento) o son problemas potenciales (que pueden ocurrir en el futuro) que
pueden derivarse de una situación existente y cuya manifestación tiene un horizonte mayor en el
tiempo.
Este conocimiento respecto de las características de los problemas nos permite tener
también una idea sobre la prioridad, respecto de cuál es el problema a abordar. Los inminentes
(reales) los tendremos que hacer antes y programar adecuadamente la búsqueda de solución de los
potenciales.
Para estos efectos se incluye el método del Árbol de Problemas que nos ayuda en el análisis
de los problemas y en anexos elementos sobre como abordar la participación.
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