En este primer capítulo introductorio se ha pretendido familiarizar al lector con los proyectos desde un punto de vista económico y social. Se ha hecho especial hincapié en la responsabilidad inherente del especialista en la evaluación de proyectos, quien, a través de su apreciación técnica, influirá en la asignación de los recursos escasos y de uso selectivo disponibles en una sociedad.
La evaluación de proyectos pretende abordar el problema de la asignación de recursos en forma explícita, recomendando a través de distintas técnicas el que una determinada iniciativa se lleve adelante por sobre otras alternativas de proyectos. Este hecho lleva implícita una responsabilidad social de hondas repercusiones
que afecta de alguna manera u otra a todo el conglomerado social, lo que obliga que se utilicen adecuadamente patrones y normas técnicas que permitan demostrar que el destino que se pretende dar a los recursos es el óptimo.
Los proyectos surgen de las necesidades individuales y colectivas de la persona.
Es ella la que importa, son sus necesidades las que se deben satisfacer a través de una adecuada asignación de los recursos, teniendo en cuenta la realidad social, culftiral y política en la que el proyecto pretende desarrollarse.
Socialmente, la técnica busca medir el impacto que una determinada inversión tendrá sobre el bienestar de la comunidad. A través de la evaluación social se intenta cuantificar los costos y beneficios sociales directos, indirectos e intangibles, además de las externalidades que el proyecto pueda generar.
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