Así como debemos estar atentos a los costos de oportunidad, debemos también no considerar aquellos costos que ya se han producido y que la realización del proyecto no puede alterar de ninguna forma. Estos son de dos tipos:
Costos irrecuperables o hundidos: son aquellos que el inversor ya erogó, y que no ha de recuperar.
Costos aún no incurridos, pero inevitables.
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