Por último viene la etapa de testeo , que consiste en la generación de artefactos de interacción
por parte del usuario potencial, pues la tangibilidad e interacción permiten aprender y visualizar
aspectos que no pudieron identificarse en el diagnóstico o en la misma investigación de
mercado. Además, esta fase de test permite resolver eventuales desacuerdos sobre tamaño, forma,
funcionalidad, diseño, peso, estética, etcétera, pues el prototipo de diseño permite conversar
alrededor de algo, probar posibilidades e ir creando soluciones cada vez más sofisticadas en pro
de un prediseño final altamente adaptado a las necesidades y requerimientos de los usuarios.
De esta manera, detectar posibles fallas en etapas tempranas, genera ahorros importantes en la
implementación del proyecto, pues corregir errores de diseño en la etapa de implementación
puede aumentar los costos del proyecto de manera sustancial. Así, el prototipeo permite separar
el problema central en problemas pequeños; por ello, los prototipos van evolucionando y
son cada vez más sofisticados en la medida en la que el feedback del usuario vaya permitiendo
corregirlos.
Saltarse alguna de las etapas para acortar camino o para ahorrar tiempo o dinero puede
terminar siendo una economía mal entendida, y convertirse en ineficiencia, pues el proceso en
cada una de sus etapas va reduciendo la brecha de riesgo, incertidumbre y ambigüedad, por lo
que acortar camino necesariamente implica que dicha brecha no se está reduciendo al mínimo
posible, con las consecuencias que ello genera en los costos de implementación del proyecto.
Mientras más tardíamente se detecte el problema, más caro costará la falla en la ejecución de
la carta Gantt del proyecto, pues probablemente los diseños de los sistemas de producción, así
como los contratos con clientes y proveedores, ya estén ejecutados, por lo que los costos de
cambio resultarán sustancialmente mayores.
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