La palabra innovación deriva del sustantivo latino innovatus, que significa renovación o cambio.
Innovar significa sorprender al cliente, no únicamente satisfacerlo; por lo tanto, la innovación
exige realizar algo novedoso, algo no esperado, no existente, alejado de las soluciones tradicionales,
en el entendido de que en el mundo actual el consumidor busca resolver sus múltiples
necesidades en forma cada vez más dinámica. Un correcto proceso de innovación se inicia respondiendo
la primera interrogante indicada al comienzo de este capítulo: ¿dónde estamos ? De acuerdo
con el profesor Carlos Osorio,3 muchas de estas respuestas radican en la capacidad empática de
observar el comportamiento de la audiencia o de los segmentos relevantes a través de la interacción
con ellos. Conocer qué hacen en el contexto de sus vidas, descubrir las emociones y valores
que guían sus comportamientos, descubrir sus necesidades ocultas, entender cómo piensan y qué
sienten, qué necesitan realmente, qué dicen y qué hacen en determinados contextos, son factores
que ayudan a detectar oportunidades de negocio . Si se quiere resolver problemas de otros, se
tiene que ser capaz de empatizar con quienes se pretende que se transformen en usuarios de los
productos. En este sentido, las técnicas de investigación de mercados basados en etnografía, es
decir, en la observación e interacción con la audiencia o segmento al que se pretende abordar,
constituyen una gran ayuda para responder dichas interrogantes, particularmente porque el
cliente no necesariamente dice lo que realmente quiere. Por ejemplo, si se pregunta a un socio de
un gimnasio por qué asiste, seguramente responderá que es bueno para la salud, cuando en
realidad lo hace para sentirse más atractivo o atractiva y más seguro o segura en el momento de
una conquista. Hay necesidades ocultas que deben descubrirse, y en eso las tradicionales encuestas
o focus group no son efectivos. Para innovar no deben utilizarse métodos tradicionales de
investigación de mercado; hay que observar a la audiencia y convivir con ella.
Una vez configurada esta etapa debe procederse a definir , es decir, focalizarse en las necesidades
detectadas. En esta etapa se deja explícito el problema en el que se va a trabajar, por
ejemplo, ¿cómo mejorar la calidad de vida de las personas? Este insight , es decir, la capacidad
de entendimiento de un problema o situación, proporciona foco y guía, orienta los esfuerzos,
captura la mente, inspira al grupo de trabajo encargado de buscar soluciones innovadoras y
delimita el problema. Ello va permitiendo plantear diferentes alternativas de solución a la necesidad
detectada; sobre este foco se realiza y se alimenta el brainstorming4 o tormenta de ideas de
parte de un grupo de trabajo.
La tercera etapa consiste en idear , es decir, identificar las opciones que tiendan a dar solución
al problema detectado. En este sentido, deben realizarse propuestas de soluciones innovadoras,
es decir, alejadas de las soluciones existentes, ideas más allá de lo obvio. Esta es una etapa
en la que las críticas del resto del equipo no existen y las ideas, por más extrañas que parezcan,
no deben ser descartadas a priori.
Una vez que se establecen las ideas, se debe determinar la viabilidad de su implementación,
es decir, se debe establecer si existe algún impedimento o restricción para su ejecución. Para
ello se debe analizar su viabilidad técnica y legal, entre otros aspectos. Una vez analizado lo
anterior se debe comenzar a trabajar en la etapa de prototipeo , es decir, en la generación de
artefactos de interacción con el objetivo de aprender de los errores detectados en las fases iniciales,
resolver desacuerdos, probar distintas posibilidades y crear posibles soluciones a las
problemáticas detectadas. De esta manera, se separa el problema central en problemas pequeños.
Conversar con usuarios potenciales alrededor de algo tangible crea mucha más conciencia acerca
de lo que quiere evaluarse. La innovación presenta desconocimiento e incertidumbre en los
usuarios, por lo que preguntar sobre algo que no existe y que ni siquiera se imagina cómo es,
resulta mucho más difícil para detectar la potencialidad efectiva del producto; por ello la fase
del prototipeo es fundamental. Si se trata de un servicio, la planificación de programas piloto
también ayuda a detectar y resolver problemas en etapas tempranas.
Si bien la etapa de prototipeo o de desarrollo de planes piloto puede asociarse a actividades
relacionadas con la ejecución del proyecto y no con la preparación y evaluación del mismo,
también es cierto que esta etapa puede desarrollarse en diferentes niveles de profundidad; por
ello existen prototipos de inspiración, de evolución y de validación, que son los más sofisticados,
y que por cierto obedecen ya a la etapa de implementación. No obstante, en el nivel de preparación
y evaluación de proyectos , pueden desarrollarse diversos prototipos de inspiración como
parte del proceso de investigación de mercado, pues son de bajo grado de sofisticación y de muy
bajo costo de fabricación. Básicamente, son prototipos fabricados de cartón, o ni siquiera se
hace un formato físico, sino que se desarrolla un video conceptual que ayude a entender al
usuario la experiencia que se quiere contar.
Sin embargo, tienen la gran fortaleza de que con base en ellos pueden generarse nuevas ideas, o bien, pueden ser desechados sin grandes costos. Estos prototipos facilitan el aprendizaje, ayudan a identificar problemas y promueven la generación de alternativas para ir mejorando el producto.
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