En el ejemplo 2 introdujimos el concepto de rentabilidad (o tasa de interés) efectivamente ganada, que es diferente de la tasa de contrato. Esto ocurre porque la capitalización interanual agrega intereses que a su vez generan intereses, abriendo una cuña entre la tasa a la que se pactó la operación y la tasa que efectivamente recibe el inversor.
En consecuencia, cuando el interés es capitalizable más de una vez por año, la tasa anual dada se llama tasa nominal anual, mientras que la tasa efectivamente ganada se llama tasa efectiva anual.
En el ejemplo 2, la tasa nominal anual es 10%, mientras que la tasa efectiva anual es del 10.25%.
Para complicar un poco más la cuestión, aparece el concepto de período de imposición. Este es el período por el cual se mantienen los fondos invertidos. Así, con los datos del ejemplo 2, podemos tener una colocación financiera que pague el 10% nominal anual, capitalizable semestralmente, y que coloquemos nuestros fondos por 60 días. En ese caso, nos interesaría conocer la tasa efectiva para el período de 60 días. Eso puede hacerse con la siguiente fórmula:
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