Ejemplo
Una parte de ese beneficio está captado en el precio de venta (los enfermos o sus familiares están dispuestos a pagar ese precio, de modo que podemos decir que el beneficio de “recuperar la salud” se valora en la suma que aceptan pagar para lograrlo), pero otra parte no lo está, por ejemplo, la tranquilidad de saberse sano, o el ahorro de días laborables perdidos. De modo que la evaluación económica debería incorporar en el análisis estos efectos … si logra valorarlos (lo cual es otra historia, que ya veremos).
Por otro lado, puede suceder que el precio de ese medicamento esté subsidiado, de modo que lo que el enfermo/consumidor paga no representa la verdadera valoración que hace del bien (estaría dispuesto a pagar más por él, pero ya que se lo subsidian, no lo paga). La evaluación económica debería computar el bien a su “verdadero” (no subsidiado) valor.
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