Para la evaluación del proyecto de riego se distinguen dos situaciones, una situación base optimizada, una “sin proyecto” y otra “con proyecto”, cada una con sus respectivos costos y beneficios.
La diferencia de costos y beneficios entre estas dos situaciones, permitirá obtener los beneficios netos atribuibles al proyecto. La conveniencia de su materialización dependerá si los beneficios asociados a él son mayores que sus costos; en caso contrario, si no es rentable, no deberá llevarse a cabo.
Los costos asociados a los proyectos corresponden a los costos de inversión, y a la mayor utilización de recursos debido al proyecto. También forman parte de los costos, todos aquellos beneficios que se obtienen antes del proyecto y que, posteriormente, con su materialización se dejarán de percibir.
Los beneficios de los proyectos de regadío están relacionados con la mayor disponibilidad de agua, el ahorro o la liberación del recurso hídrico, producto ya sea de una nueva captación, aumento en las eficiencias de riego o una mejor regulación.
Dado que no existe un mercado formal, con una demanda y oferta de unidades de agua, se ha buscado una forma alternativa de cuantificar los beneficios a través de otro mercado, que es el de los productos agrícola - ganaderos, en cuya producción el agua interviene como un insumo.
Los beneficios asociados al proyecto corresponden por lo tanto, al aumento en la producción agrícola - ganadera, debido a la realización del mismo.
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